|
Emparejada con el Sueño de Jacob (Cat.
95), cuyas dimensiones son virtualmente idénticas, procederá con él de la
colección de D. Jerónimo de la Torre. Al ser adquirida por Isabel de Farnesio e
inventariarse en el Palacio de La Granja en 1746, se dice de él «que parece de
Murillo». Seguramente el carácter más tenebrista de la composición impedía atribuirlo
de modo rotundo al artista sevillano, como se hizo con el Jacob.La composición puede considerarse casi como una
interpretación especular de la que muestra el otro lienzo. El cuerpo tendido del santo
equivale directamente al del patriarca, y la silueta del ángel puede hallar su
correspondencia con el macizo tronco de la encina.
Los dos lienzos debieron concebirse juntos y
muestran la misma maestría y el mismo refinamiento de color y técnica, que está ya muy
lejos del prieto y cerrado naturalismo tenebrista de los primeros años napolitanos.
La iluminación dirigida desde la alta ventana
enrejada recuerda el modelo caravaggesco de la Vocación de San Mateo de San Luis
de Los Franceses, de Caravaggio, pero la materia pictórica se ha hecho
extraordinariamente fluida, líquida y luminosa.
La bellísima figura del ángel con el colorido
violeta de su manto, y las alas de un blanco plateado, refulgente, demuestran el
conocimiento de las más refinadas armonías cromáticas de Van Dyck, aún más que las de
Tintoretto o Veronese, en que piensa Felton.
Recientemente (Burke, 1989), se ha querido
identificar este lienzo y su compañero con los que aparecen en el Inventario del Duque de
Medina de las Torres en 1668-1669. Es mucho más probable, como ya hemos dicho, que los
lienzos descritos en el Inventario del Duque sean los que hoy se conservan en El Escorial,
donde un San Pedro liberado por el ángel se empareja con un Jacob con el
rebaño de Labán (Cat. 60). Es preciso recordar que el Inventario del Duque
de Medina de las Torres sólo se refiere a un Jacob, sin especificar qué escena
de su vida se representa.
[A. E. P. S.] |