Adoración de los pastores
Nº de catálogo:
101

El segundo ejemplar de los lienzos de este asunto conservados en El Escorial —que es el que el Patrimonio Nacional envió a Nápoles en 1992, aunque ficha y reproducción del Catálogo se refiriesen al firmado en 1640 (Cat. 100)— es desgraciadamente el peor conservado y el de más problemática historia.

No parece que se recoja en las descripciones antiguas de El Escorial. Ni el Padre Santos ni el Padre Ximénez mencionan otra Adoración de los pastores de Ribera que la ya citada. Y parece que ésta se recoge por vez primera en el Catálogo de Vicente Poleró publicado en 1857, donde con el n.° 343 se menciona un Nacimiento del Señor y adoración de los pastores de Ribera «igual, con ligera variación, al del núm. 339», que es el ejemplar fechado en 1640.

Es posible —aunque no hay por ahora documentos que puedan asegurarlo— que este lienzo sea el que aparece en el Inventario del Buen Retiro en 1700, a la muerte de Carlos II, descrito como «una pintura de tres varas y media de larga y tres menos quarta de alto con el Nacimiento de Nuestro Señor. Original de Joseph de Ribera, con marco dorado, tasada en quinientos doblones».

Nada vuelve a saberse de esta pintura hasta el Inventario de 1794, donde se recoge como de Ribera un lienzo de las mismas dimensiones («tres varas y media de larga por tres menos quarta de alto», con la indicación «muy maltratado», pero llamándole «Nacimiento de Nuestra Senora»). Creo que debe tratarse de un error de amanuense, pues no existe mención de lienzo alguno riberesco de ese asunto, y éste se hallaba en el mismo lugar que el descrito en 1700.

Quizá el hecho de que estuviese «muy maltratado» explique el que no se refieran a él ni Ponz ni Ceán.

Después de la Guerra de la Independencia y para suplir algunas de las pérdidas sufridas por el monasterio de El Escorial, se enviaron allí algunos lienzos procedentes de los palacios madrileños y no sería extraño que obras «maltratadas» y restauradas con urgencia y apresuramiento, fueran a cubrir los huecos de los muros escurialenses.

Eso podría explicar la presencia de este lienzo, efectivamente, muy maltratado, pero que muestra, en los fragmentos bien conservados, una extraordinaria calidad.

El lienzo del Buen Retiro podría ser el que Ribera pintó «cuando la Reina de Hungría estaba en Nápoles», es decir, en 1629-1630, según se desprende de la correspondencia de Cristóforo Papa en 1646 (véase el «Apéndice documental»). En 1629 está precisamente firmado el cuadro del Museo Souermont de Aquisgrán, que perteneció a Luis Felipe (Marinas-Baticle, 1981, p. 150, n.° 226) que ha sido siempre mal estudiado e incluso desviado hacia la problemática personalidad de Juan Do, sin razón alguna. El modelo de la Virgen y el grupo de pastores con el cordero, a la izquierda de esta composición, se relacionan con él suficientemente como para que pudiera pensarse en una fecha próxima. La figura del San José y su gesto y actitud no están lejos de las figuras de los Apóstoles de hacia 1630-1632, y la factura de las cabezas y manos de los pastores, parecen de técnica más prieta y cerrada, que las del ejemplar de 1640, resueltas de modo mucho más pictoricista, a pesar de sus evidentes semejanzas.

No obstante la posible identificación ha de permanecer como un tanto problemática, pues sorprende que si se pintó en 1630, no haya menciones de este lienzo anteriores a 1700, y es sabida la frecuencia con que Ribera retoma y reelabora sus composiciones de empeño.

Del prestigio y fama de la composición, puede dar testimonio fiel una copia antigua que cuelga en las paredes de la iglesia del Convento carmelita de Peñaranda de Bracamonte, fundación, como es sabido, del Virrey de Nápoles, Conde de Peñaranda.                                                                             [A E. P. S.]


Subir

Centro Virtual Cervantes
© Museo del Prado
© Instituto Cervantes (España), 1998-. Reservados todos los derechos.

cerrar