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Compañera de los anteriores, es obra de
idéntico origen y vicisitudes. Como todos los componentes de la serie que fue de D.
Jerónimo de la Torre y luego del Marqués de los Llanos, fue ampliada en el siglo XVIII
con una banda de tela añadida en el lateral izquierdo, que se eliminará después de la
exposición, haciéndole recuperar sus dimensiones originales.Como supuso Tormo, es posible que se trate de una
contrafigura de la Magdalena expresando como en la otra pareja ya estudiada
los efectos de la vejez y la penitencia sobre un cuerpo femenino, cuya belleza puede
adivinarse a pesar de la dramática huella de sus años. Santa María Egipciaca, cortesana
en Alejandría, se convirtió al cristianismo en ocasión de un viaje a Jerusalem y se
retiró a hacer penitencia al desierto de Transjordania. La Leyenda Áurea cuenta
sus severísimos ayunos y afirma que vivió durante sesenta años con tres panes que
compró con la limosna de un desconocido. Su atributo es siempre un pan seco, tal como
aquí se ve.
El lienzo está en bastante mal estado de
conservación, aunque en esta ocasión se haya procurado presentarlo en las mejores
condiciones posibles.
Fue grabado en 1797 por J. A. Pierron según un
dibujo de Manuel de la Cruz.
[A. E. P. S.] |