Los marginados

La polarización social, fruto de la crisis económica, aumentó el número de los grupos de marginados de la sociedad, en especial de los pobres. En Madrid a mediados de siglo se consideraba pobre a la mitad de sus habitantes, aunque muchos de ellos poseían por lo menos nominalmente un oficio: el de criados y trabajadores no especializados. Esta situación dio lugar a la fundación de hospitales e instituciones de beneficencia, gestionadas por el clero y la nobleza, como la importante Hermandad del Refugio o la Casa de la Misericordia. Judeo-conversos, moriscos, gitanos, esclavos, vagabundos, prostitutas, bandoleros, componen el grupo de los marginados, destacan los pícaros, desarraigados de toda clase que se daban cita en las ciudades, que se convirtieron en protagonistas de la literatura y de las leyendas más famosas de la villa y corte.