La caza

La caza era uno de los pasatiempos habituales y preferidos del rey y la aristocracia, además de un ejercicio considerado noble y digno. Aunque en los distintos sitios reales —El Pardo, la Torre de la Parada, la Casa de Campo…— se organizaban grandes monterías, y las posibilidades eran muchas, en los terrenos del Buen Retiro no podían faltar los bosques donde el rey pudiera practicar la caza; estos bosques estaban situados en la parte más oriental y quedaban bastante alejados del palacio.