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La villa en fiestas
La villa de Madrid fue el escenario privilegiado de los regocijos pomposos y
extraordinarios en los que intervenían el rey y la Corte. Las calles se llenaban con la
muchedumbre; se cerraban las tiendas y calles; se iluminaban las fachadas y se engalanaban
con colgaduras balcones y ventanas; brillaba el cielo con los cohetes y fuegos de
artificio; se transformaba la imagen de las calles con numerosas arquitecturas efímeras:
arcos de triunfo, tablados, gradas formando plazas, obeliscos, escalinatas
; todo
ello bajo las melodías y sonidos de tambores, clarines, trompetas y ministriles.
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