| Biografía del pintor Natural de Madrid (1574), Eugenio Cajés
también llamado Cascese o Caxés fue hijo de una española y del pintor
Patricio Cajés, originario de la comarca italiana de Arezzo y contratado por Felipe II
para trabajar en El Escorial. En este ambiente artístico comenzó el aprendizaje de
Eugenio que se completó con un viaje a Roma antes de 1598.
A su regreso, contrajo matrimonio con la hija de
un carpintero escurialense y comenzó a frecuentar los principales círculos artísticos
de Madrid. Desde 1602 firmaba sus propias obras de pintura, afianzó su prestigio en la
corte y sucedió a su padre como Pintor del Rey (1612). Estrechó lazos de amistad con
Vicente Carducho, con quien realizó varios encargos de carácter religioso.
El mismo año de su muerte, en 1634, contrató
dos lienzos de batalla para el Salón de Reinos, que tuvieron que ser acabados por sus
discípulos y uno de los cuales ya no existe. Falleció en Madrid el 15 de diciembre de
dicho año.

Comentario artístico del cuadro
La recuperación de San Juan de Puerto Rico
fue empezada a pintar por Eugenio Cajés y concluida por sus discípulos Luis Fernández y
Antonio Puga, para conmemorar otra de las victorias que inauguraron el glorioso reinado de
Felipe IV. En 1625, don Juan de Haro, gobernador de Puerto Rico, venció a las tropas
holandesas y devolvió a la monarquía española la soberanía sobre la isla, aunque no
pudo impedir que los enemigos incendiasen la ciudad antes de huir precipitadamente en sus
barcos.
Cajés representó en primer término al
gobernador, enfrascado en una conversación con su ayudante y de espaldas al movimiento de
sus tropas, que estaban acorralando a los holandeses y los empujaban hacia el mar. A la
derecha de la escena, una columna de humo nos alerta, también, del trágico destino de la
ciudad, que fue devastada por el fuego.

La obra del autor
Eugenio Cajés tuvo una formación y una trayectoria semejante a la de su amigo y
colaborador Vicente Carducho, aunque sus estilos se diferencian claramente. La pintura de
Cajés destaca por su refinamiento cromático, la blandura de las formas y el uso de
suaves efectos luminosos de tradición veneciana.
Artista de personalidad muy marcada, sus
soluciones pictóricas no siempre resultan fáciles de asimilar, debido a su escasa
preocupación por la belleza de los modelos y a sus preferencias por colores, tipos y
formas de inspiración manierista, que restan verosimilitud a sus personajes y confieren
un aspecto caprichoso a sus vestidos.
Pese a todo, sus obras gozan de una rara y
singular belleza gracias a su técnica abocetada y al suave modelado de las formas, que
evocan las soluciones de Correggio, el gran pintor de Parma, de quien imitó los escorzos
y los rompimientos celestes. Muchas de las obras de Cajés, eminentemente religiosas, se
localizan en iglesias de Toledo, Madrid y su comarca, así como en el Museo del Prado y la
Academia de San Fernando.

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