La obra del autor

Eugenio Cajéstuvo una formación y una trayectoria semejante a la de su amigo y colaborador Vicente Carducho, aunque sus estilos se diferencian claramente. La pintura de Cajés destaca por su refinamiento cromático, la blandura de las formas y el uso de suaves efectos luminosos de tradición veneciana.

Artista de personalidad muy marcada, sus soluciones pictóricas no siempre resultan fáciles de asimilar, debido a su escasa preocupación por la belleza de los modelos y a sus preferencias por colores, tipos y formas de inspiración manierista, que restan verosimilitud a sus personajes y confieren un aspecto caprichoso a sus vestidos.

Pese a todo, sus obras gozan de una rara y singular belleza gracias a su técnica abocetada y al suave modelado de las formas, que evocan las soluciones de Correggio, el gran pintor de Parma, de quien imitó los escorzos y los rompimientos celestes. Muchas de las obras de Cajés, eminentemente religiosas, se localizan en iglesias de Toledo, Madrid y su comarca, así como en el Museo del Prado y la Academia de San Fernando.