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Comentario artístico del cuadro Pareja del retrato ecuestre de Margarita de Austria. Los dos presidían el testero occidental del Salón de Reinos, y exaltaban la continuidad de la monarquía española en tanto que padres del monarca reinante y abuelos del príncipe heredero. A diferencia de los retratos de Felipe IV y Baltasar Carlos a caballo, enteramente realizados por Velázquez, en los otros tres participaron los colaboradores del pintor durante su primer viaje a Italia, que se ciñeron a las directrices del maestro. Con armadura de gala y en un violento escorzo, Felipe III se muestra casi de perfil contra un tormentoso paisaje marino, que parece aludir a su entrada triunfal en Lisboa (1619). El viento sopla con fuerza y agita las crines y arreos del brioso corcel blanco, y enfatiza el dominio y la gallardía del regio jinete, que mira con altivez hacia nosotros. La iconografía, propia de los retratos ecuestres, culmina una tradición surgida en la antigua Roma (p. ej. «Marco Aurelio») y consolidada en el Renacimiento y el barroco gracias a las aportaciones capitales de los grandes maestros, desde Tiziano hasta Rubens. Al cuadro original de Velázquez se añadieron posteriormente dos franjas laterales que ampliaban el tamaño del lienzo. Pueden apreciarse perfectamente en la reproducción esos añadidos. Para esta exposición se han suprimido, dentro del espacio virtual del Salón de Reinos, con el objeto de adaptarlos al tamaño original que tenía este cuadro en el momento de su confección. |