Música en el Buen Retiro

La música en la vida cortesana se convierte en algo imprescindible, y subraya el ritmo de gran parte de la actividad palaciega. Emblema de la realeza son las trompetas y los timbales que encabezan siempre la comitiva regia a la entrada y salida de palacio, o que señalan los diferentes platos que se sirven en la mesa del monarca cuando éste come en público. En los banquetes, la música acompaña a los comensales ofreciéndoles diferentes composiciones con voces e instrumentos a cargo de los músicos de cámara. El Buen Retiro, era un lugar privilegiado para el disfrute de la música. Especialmente en los paseos en barca por el estanque grande y los canales, donde era frecuente. Para interpretarla, el rey contaba con esclavos moros, llamados también «ministriles negrillos». En las fiestas que se celebraban en la Plaza Grande, la entrada de los cortesanos participantes era anunciada por los ministriles, las trompetas y los timbales. En las mojigangas, donde todos llevaban máscaras, se hicieron representaciones, bailes y diferentes músicas sobre los carros triunfales que desfilaban.