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Idea y Cosmos en el Salón de Reinos
Una de las imágenes más utilizadas para exaltar la figura de Felipe IV fue la del Sol-Apolo. Por ello, al planear el Palacio del Buen Retiro, se plasmó en su centro, en el Salón de Reinos, un sutil tejido simbólico relacionado con el Sol. Se encargó a Zurbarán que pintase los doce trabajos de Hércules, que simbolizan los doce signos del Zodiaco. Al final, Zurbarán sólo pintó diez telas para que correspondiesen a cada uno de los ventanales de los muros norte y sur.
No obstante, el número doce, que hace alusión a los meses y los signos, está presente en la serie de los doce grandes cuadros de batallas que se encuentran en el mismo nivel de los Trabajos, y duplicado, en los veinticuatro escudos de los reinos de la monarquía, que figuran en la parte alta, donde arranca la bóveda, a la que sostienen como heráldicos atlantes. Cada batalla corresponde así a un mes o signo, y en cierto modo a un trabajo hercúleo. El número doce, igualmente, puede verse en las doce mesas de jaspe, de singular riqueza, que decoraban la pieza. Junto a cada una de ellas se erguía un león de plata, animal solar por excelencia, que volvía a emitir como un rugido, el número zodiacal.
De la misma manera que los doce meses se reducen a las cuatro estaciones, en los muros este y oeste se encontraban los magníficos cuatro retratos ecuestres, que personificaban tanto el pasado como el presente. Y así, como las cuatro estaciones se reducen a la unidad del año, podemos ver, como si fuese el Sol que asoma por el horizonte, el maravilloso retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos, malograda esperanza de la monarquía y del futuro de la dinastía. Los vanos de los muros iluminan también el Salón con numerológica sutileza. Doce son los abiertos a pie de tierra: diez ventanales, en los muros norte y sur, y dos puertas en los perpendiculares. Entre estos vanos se encajaron las tres series de pinturas, como en la zona superior, la de los veinticuatro reinos. El número total de balcones y puertas es de veintiocho: acaso se quiere evocar de este modo el número de los días de la revolución lunar.
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