La vestimenta femenina

El traje de la época resultaba una pesada carga económica para los hombres y las mujeres. Las ricas telas al uso y las numerosas partes de que se constituía, unido a los adornos imprescindibles de puntas y pasamanería, hacían de un vestido femenino un pequeño capital. Estos vestidos pasaban de mano en mano en disposiciones testamentarias que decidían el destino de los mismos, al igual que se lega algo valioso e importante. Lo más representativo era la anchurosa falda y el cuerpo ajustado, que han hecho tan característica a la época, y que impusieron una nueva figura al cuerpo femenino, que se moldeaba sobre la base de corsés y estructuras de alambre, que ganaban en complejidad y rigidez según el escalafón social de la usuaria.

Lo más representativo era la anchurosa falda y el cuerpo ajustado, que hace característica a la época, imponiendo una nueva figura al cuerpo femenino, que se moldea sobre la base de corsés y estructuras de alambre, ganando en complejidad y rigidez según el escalafón social de la usuaria.