Lope de Vega y su obra

Dos fragmentos de El acero de Madrid

BELISA

Siento una gran soledad
de hablar y tratar con gente.
Allégome a la ventana,
y aunque mucha gente veo,
no está allí lo que deseo,
y quítaseme la gana.
Tras esto la opilación
que esto me suele causar,
tampoco me deja hablar
y apriétame el corazón.
Querría hablar y no puedo;
mas agora espero en Dios
que tengo de hablar por vos
si desopilada quedo.

BELTRÁN

Aquí hay mucho que decir,
mas no da el tiempo lugar;
yo haré que podáis hablar
y honestamente reír.
Al subir cuesta, escalera
u otra cosa, ¿qué sentís?

BELISA

Siento ahogarme

BELTRÁN

¿No subís ligera?

BELISA

¿Cómo ligera?

BELTRÁN

Ahora bien; pues vos podréis
muy presto. Y tan sólo quiero
que por agora el acero
cuatro mañanas toméis,
y os salgáis a pasear
al Soto, Atocha o al Prado;
pero con mucho cuidado
de que el sol no os ha de dar;
porque allá Galeno dice
que cuando acero tometur
sol in cápita non detur
que a la cura contradice.

LISARDO [APARTE]

¡Maldígate Dios, amén!
Si éstos supiesen latín,
yo soy perdido.

BELTRÁN

Y, en fin, mañana comienza bien;
porque ayer fue oposición,
y dice el doctor Laguna
que por opósita luna
non fiat nulla emisión.

...................................................

Niña del color quebrado,
o tienes amor o comes barro.
Niña que al salir el alba
dorando los verdes prados,
esmaltan el de Madrid
de jazmines tus pies blancos;
tú, que vives sin color,
y no vives sin cuidado,
o tienes amor, o comes barro.
Que salgas tan de mañana
con tal cuidado, me espanto;
estoy por decir, por ti:
eso que comes no es barro,
pues madrugas y no duermes,
y andas por mayo en el campo;
o tienes amor, o comes barro.