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Carlos V venciendo a la Herejía
Comúnmente conocida como Carlos V y el Furor según la inscripción latina que recorre su pedestal, se trata de una magnífica escultura realizada en bronce y, tal como consta en la firma y fecha que aún conserva su base, fue realizada por Leone y Pompeo Leoni, y finalizada en el año de 1564.
En 1634 se ordenó al alcaide del Palacio de Aranjuez que enviase al Buen Retiro un lote de 39 esculturas, encabezado por esta mítica obra de los Leoni, que se encontraba en sus jardines desde que, en 1622, fue allí trasladada desde el alcázar madrileño. La relevancia que fue adquiriendo el Buen Retiro frente a la residencia de la vega del Tajo, que quedó relegada a un segundo plano como casa de campo, explica su posterior traslado al nuevo Palacio madrileño. Aquí alcanzaría un gran protagonismo al presidir el llamado Patio del Emperador; sólo la estatua ecuestre de Felipe IV, ejecutada por Pietro Tacca, la superaría en importancia.
Allí debió permanecer hasta finales del siglo XVIII, momento en el que fue trasladada al Palacio de Buenavista, residencia por aquel entonces del ministro de Carlos IV, Godoy. Tras el motín de Aranjuez de 1808, fueron encautados los bienes de dicho personaje, y dos años después la escultura pasó a coronar la fuente de la plaza de Santa Ana. En 1825 quiso el destino que volviese a su antigua morada del Buen Retiro, y desde 1830, tras la inauguración de la Galería de Escultura del Museo del Prado, forma parte de las colecciones de la pinacoteca madrileña.
En ella se representa a Carlos V, vestido a la romana, sujetando una lanza con su mano derecha y un alfanje con la otra. A sus pies aparece una inquietante personificación del Furor, apoyado sobre un montón de armas que definen la base circular de todo el conjunto escultórico. El emperador viste una exquisita armadura, fundida por separado, y que al retirarse sin problema alguno, muestra la estatua completamente desnuda. La composición de la escena, el impecable trabajo de la fundición, el detallismo y la pulcritud de todos sus elementos, etc. convierten a esta escultura de los Leoni, en una de las obras cumbres de la escultura del Renacimiento italiano en España.
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