Descripción del real sitio del Buen Retiro

Concebido como sitio de recreo para la corte de Felipe IV, el Buen Retiro constituyó un escenario idóneo para el cultivo y disfrute del Arte y protagonizar fastuosas fiestas que demostraran al mundo el poder y la riqueza de la monarquía española.

El Palacio se presenta como una yuxtaposición de piezas construidas en distintos momentos al no haber habido nunca un proyecto general. Las construcciones están siempre volcadas a los espacios exteriores, siendo éstos los auténticos generadores de la arquitectura. El lenguaje es sobrio y austero al exterior, en el conocido como estilo severo de los Austrias, y lujoso y sofisticado en el interior. De hecho no presenta una fachada palaciega, ni un eje de simetría, ni entrada principal enfatizada, ni una relación con la ciudad a través de sus volúmenes. El lenguaje formal y los materiales guardan mucha unidad en todas las construcciones que conforman el Sitio, incluidas las ermitas.

El Real Sitio era de enormes dimensiones, su superficie aproximada se calcula en 17.000.000 de pies cuadrados cercada por una tapia, incluyendo grandes jardines cuya característica principal es la falta de trazados geométricos y de ejes de simetría, aunque sí había recorridos marcados por cursos de agua o grandes paseos arbolados, todo ello salpicado con esas construcciones semiocultas, tan únicas, que son las ermitas.