| La obra del
autor Vicente Carducho fue un artista excepcional del barroco madrileño, pues a su condición de pintor unió la más rara de teórico al plasmar sus ideas estéticas y su concepción artística en el tratado Diálogos de la pintura (1633). Su inusual formación intelectual le granjeó la amistad de muchos literatos y colegas, con los que defendió la dignidad de la profesión artística y trató de crear una Academia en 1606. Su extensa producción, al óleo y al fresco, fue mayoritariamente de carácter religioso: destacan las pinturas para retablos (iglesias de la Encarnación, Carboneras y San Antonio de los Portugueses, en Madrid) y las series históricas para órdenes religiosas, como la extraordinaria de los cartujos de El Paular (Madrid), en la que mostró su dominio de los recursos expresivos del barroco. Su origen y formación italianos determinaron su inclinación por la monumentalidad y la claridad compositiva, y sus primeras reservas hacia el naturalismo, que mitigó en su madurez. Eclipsado por la fama de Velázquez y oscurecido por la historiografía, hoy ha recuperado su puesto entre los grandes pintores de la primera generación del siglo de oro. |