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Lunes, 14 de junio de 2004
   

 ¡A esconder juguetes... y a recogerlos!
 
Por Marina Russo

Apartado: Desarrollo de las competencias de la lengua
Subapartado:
Desarrollo de las competencias de la lengua. Nociones generales. Nociones espaciales. Localización
Nivel:
Acceso o A1 (Inicial)
Actividad de la lengua implicada:
Comprensión auditiva, interacción oral
Destinatarios:
Niños
Tipo de agrupamiento:
Grupos pequeños
Tiempo de preparación:
10 minutos
Material necesario:
Fichas que se adjuntan, colores (lápices, rotuladores, ceras...)
Duración aproximada:
60 minutos

Descripción

Se trata de una actividad complementaria al módulo 3 de Mi mundo en palabras, que lleva por título «Vamos a jugar a mi casa».

En esta actividad se promueve sobre todo la comprensión auditiva y la interacción oral. Se trata de, en pequeños grupos o equipos, dibujar una habitación, según la dinámica del «Dictado de Picasso», para esconder allí unos cuantos juguetes. Después cada grupo o equipo tendrá que adivinar dónde ha escondido los juguetes el equipo contrario y, al final, «recogerlos», tratando de recordar dónde había colocado cada juguete el equipo adversario.


Introducción a la actividad

Para poder llevar a cabo la primera parte de la actividad, «La habitación de Pedro», retoma el vocabulario de los elementos que componen una habitación —mesa, cama, silla, etc.— y de las preposiciones de lugar, para que los niños no encuentren dificultades a la hora de dibujar.

La segunda parte introduce juegos infantiles españoles:

  • El juego Frío, frío... caliente, un juego que posiblemente existe en muchos países; los niños lo hacen a menudo en su lengua materna y saber cómo se dice en español puede ser muy motivador.

  • El juego Veo, veo que aquí el niño lo usará para presentar al grupo o equipo contrario el juguete que tiene que buscar.

Entrega a los alumnos la Ficha 1 y, sirviéndote de este material, explícales en qué consisten estos juegos. Pueden comparar con el modo de jugar a estos juegos en su lengua materna.


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Pasos de la actividad propuesta

1. Divide la clase en pequeños grupos o equipos adversarios. Explícales que vas a hacer un dictado (el «Dictado de Picasso») y que cada uno tiene que dibujar lo que tú dictes. Se trata de una descripción de la habitación de Pedro, un chico de su edad. Tras realizar el dibujo, invítales a que lo coloreen «personalizándolo».

2. Entrega a cada grupo o equipo el anexo con los juguetes de Pedro para que cada grupo «esconda» unos cuantos juguetes. No importa que distintos grupos o equipos elijan el mismo juguete, lo importante es que sepan ubicarlo en la habitación.

3. Invita a cada equipo a hacer hipótesis sobre dónde creen que se pueden encontrar los juguetes del equipo adversario. Para ello pueden servirse de la Ficha 1. A medida que adivinan, es importante que vayan apuntando en su propio dibujo en qué lugar de la habitación de Pedro ha colocado el juguete el equipo adversario.

4. Para terminar, explica que van a hacer una pequeña competición. Cada grupo o equipo, sin mirar el dibujo, tendrá que recordar dónde ha colocado los juguetes el equipo adversario y recogerlo en la Ficha 2. Gana el equipo que «recoja» más juguetes en el tiempo establecido (dos minutos), es decir gana el equipo o grupo que recuerda dónde ha escondido más juguetes el equipo contrario.


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Comentarios

El dictado de Picasso no es un verdadero dictado o bien sí, depende de lo que entendemos por «dictado» en una clase de lengua extranjera. Esta técnica anglosajona (The Picasso dictation) es especialmente útil con niños ya que se sirve del dibujo para promover la comprensión auditiva, reforzando el vocabulario de determinados campos léxicos y gramaticales al mismo tiempo. Es importante por lo tanto, que el profesor repita varias veces las frases del dictado para que los niños puedan completar el dibujo: hay que recordar que mientras el profesor dicta los niños dibujan y hay que dejarles disfrutar de ello. También podrán colorearlo cuando lo terminen. Si, al final, optan por enseñárselo a los demás esto querrá decir que los niños han quedado satisfechos de su trabajo.

El profesor además podrá tratar de evitar los movimientos del cuerpo que salen espontáneos a la hora de dictar, si los conocimientos léxicos de los niños no lo requieren.

En el caso de que el profesor se dé cuenta de que en los dibujos de algunos niños faltan algunos elementos, podrá ser útil que sean los propios niños quienes dicten al profesor para que éste lo realice en la pizarra. Puede ser una forma de autoevaluación colectiva.

Se pueden proporcionar más juguetes así como más elementos para la habitación, según los conocimientos de los niños.

El tiempo establecido para la competición final (dos minutos) puede variar.

 

 
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